Esta historia empieza en una aldea de las montañas del norte de Europa. Era una época muy antigua, no existían aún toda esta tecnología que tenemos.
La aldea llevaba el nombre de Tourku, en ella no vivían más de 200 personas, pero era un pueblo muy especial, ya que en él habitaban gente de lo más variada, la mayoría venían del extranjero y se acostumbraban a la apacible vida de allí.
No todo en el pueblo era tan apacible, vamos a centrarnos en un hombre del pueblo, él tenía cerca de 24 años, había perdido a sus padres de pequeño en un accidente en el río. De esta forma, Cabir sólo se quedó con las tierras de sus padres, una casa vieja, un almacén y una perra de trineo cachorra. Él la llamó Darha, se dió cuenta con el tiempo de que era muy especial, poco a poco se fueron haciendo amigos. Darha le acompañaba a él en su trabajo en la granja, todos los días. Pasaron los años y Cabir ya se había vuelto todo un hombre, era extraordinariamente fuerte y ágil, igual que su querida amiga Darha, entre ambos podían llegar a arrastrar piedras tan grandes como una casa, a pesar de ello, la musculatura de Cabir y Darha no era exesiva, eso si, tan sólo su presencia en el sitio donde se encontrasen provocaba tal respeto que todos callaban. No era por nada en especial, sólo que siempre todos habían llegado a admirar a aquel muchacho y su "fiel compañía".
Cabir y Darha solían llevarse bien con todo el pueblo, a pesar de que habían tenido roces con algunos nobles del pueblo. Solían levantarse a primera hora de la mañana para cruzar todo el pueblo, dirección montaña arriba, se acercaba otro duro invierno y tenían que llenar las provisiones.
Durante los dos días que iban a estar fuera, no se imaginaban lo que les pasaría hasta llegar a la cima del monte Tiuc... [CONTINUARÁ...]
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